La compra de una vivienda es una decisión importante en la que se deben valorar distintos factores. En primer lugar debe tenerse en cuenta nuestra capacidad de inversión. En torno a esa cifra girará todo lo demás. La ubicación, los metros cuadrados, la calidad de la construcción o los servicios que ofrezca.
Una vez que se decida el presupuesto, será el momento de valorar si nos interesa más comprar una casa de obra nueva o de segunda mano. No resulta una elección sencilla, ya que ambas opciones cuentan con sus ventajas e inconvenientes.
La decisión final depende de las necesidades y prioridades de cada futuro propietario. De ahí la importancia de analizar en profundidad cada detalle.
Ventajas de adquirir una casa de obra nueva
Al adquirir una casa nueva estarás accediendo a un inmueble impoluto, en el que no ha vivido nadie y que por lo general cuenta con una serie de extras que no suelen reunir los usados. La distribución resulta más moderna, con mejores instalaciones, materiales de construcción más avanzados y zonas comunes como pistas de pádel o piscina.
Hay que decir que el sector inmobiliario se encuentra muy profesionalizado y ofrece a los compradores más seguridad y protección jurídica que nunca. La ley establece que en el caso de no finalizarse la construcción, los promotores tienen la obligación de devolver el dinero adelantado más los intereses.
- Amueblar a tu gusto: no solo estarás estrenando una vivienda, también tendrás la posibilidad de colocar los muebles que más te gusten y decorarlo a tu gusto desde cero.
- Mayor vida útil del inmueble: en las casas nuevas te evitarás las tediosas y caras reformas. Durante muchos años podrás olvidarte de cualquier tipo de obra. Tampoco habrá el riesgo de que el inmueble sufra daños estructurales.
- Mayor tamaño: por lo general, las viviendas nuevas se edifican en el extrarradio de las grandes ciudades, sobre todo porque en el centro quedan ya pocos terrenos urbanizables. A las afueras suelen tener un precio más reducido y la superficie de construcción será mayor.
- Viviendas exteriores: suele ser un detalle que pasa por alto mucha gente, pero en la mayor parte de los pisos del centro de las ciudades siempre hay alguna estancia interior, con vistas a algún patio. Esto suele ser motivado por la concentración de los edificios y para el aprovechamiento de espacios. Algo que no suele suceder en las viviendas nuevas que se levantan en el extrarradio, donde todas las habitaciones tienen vistas al exterior.
- Diseños y distribuciones más modernos: con el paso de los años, las necesidades y gustos de las familias se han visto modificados. De ahí que los nuevos inmuebles se decanten por diseños más avanzados y distribuciones más inteligentes. Por ejemplo, las habitaciones principales suelen ser más grandes, tipo suite, e incluso se opta por suprimir un cuarto para incorporar un despacho o zona de trabajo.
- Materiales de más calidad: se apuesta por los mejores materiales del mercado, que aumentan la comodidad y también la eficiencia energética. Esto es, mayor aislamiento térmico y acústico. Aunque parezca mentira, todo esto influirá en la factura mensual de la calefacción, con un menor gasto energético. Las casas de obra nueva se decantan por las tecnologías más avanzadas, entre las que se encuentra la domótica. Todo ello con el ánimo de hacerlo la vida más sencilla a los propietarios.
- Mejores zonas comunes: hay algo que resulta determinante y que diferencia bastante a una vivienda nueva de otra usada. Y es que las recién construidas se levantan en urbanizaciones que cuentan con zonas comunes como piscinas, parque infantil, jardines, gimnasio, zonas deportivas, garajes más amplios, etc.
- Facilidad de aparcamiento: al estar situadas, por lo general, alejadas del centro de las ciudades, encontrar un hueco para aparcar resulte más sencillo.
Ventajas de los inmuebles de segunda mano
El mercado de vivienda usada resulta mucho más amplio en comparación con el de obra nueva. Suelen tratarse de casas más baratas y ubicadas en lugares más céntricos.
En el sector inmobiliario se considera de segunda mano a los inmuebles que hayan tenido ya al menos un propietario, pero también aquellas que tras la construcción hayan estado en alquiler durante un par de años y el nuevo dueño no sea el antiguo inquilino.
Estos son algunos de los motivos por los que la gente opta por las viviendas usadas.
- Precios más económicos: el precio por metro cuadrado es inferior respecto a las nuevas casas en la misma zona. A la hora de adquirir una vivienda usada debes tener en cuenta también el gasto que implican las reformas.
- Buenas localizaciones: rara vez las calles más emblemáticas y céntricas de las ciudades disponen de promociones de obra nueva. De ahí que si quieres residir en esa zona concreta lo mejor sea decantarse por una casa de segunda mano. Ten en cuenta que dispondrás de una mayor oferta de servicios, como centros de salud, comercios, colegios, etc.
- Inmediatez a la hora de entrar: en función de la fase en la que compres la casa nueva, el proceso de entrar a vivir en ella puede llegar a demorarse varios años. Por su parte, en una vivienda de segunda mano, el único impedimento es la aprobación de la hipoteca.
- Menos impuestos: la vivienda nueva está gravada con un 10% de IVA, excepto en el caso de las casas de protección oficial. Por su parte, la usada está a sujeta al Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, que varía en función de la comunidad autónoma. Su tipo impositivo ronda entre el 4 y el 11%.
- Crear tu casa a tu gusto: las reformas suelen elevar bastante el precio de una vivienda. Si cuentas con el suficiente presupuesto tendrás la posibilidad de arreglar la casa a tu gusto.
- Gastos comunitarios más bajos: al tratarse de comunidades más básicas, el gasto de comunidad resulta inferior. No hay que asumir el pago de mantenimiento de zonas comunes como piscinas o zonas ajardinadas. El pago de la comunidad suele incluir la luz, ascensores, etc.
