La cédula de habitabilidad, también conocida como licencia de ocupación, es un documento imprescindible a la hora de vender una casa. Se trata de una garantía de que el inmueble que pretendemos poner a la venta cumple con los requisitos mínimos para ser considerado habitable.
Este documento, además, también es necesario para dar de alta servicios como la luz, el agua o el gas o cuando lo que deseamos es poner una vivienda en alquiler.
Los requisitos para conseguir la cédula de habitabilidad varían en función de la Comunidad Autónoma aunque en todos los casos el objetivo es probar que el inmueble está en condiciones de ser habitado y cumple tanto con unos requerimientos técnicos como higiénico-sanitarios mínimos.
En este artículo veremos qué es la cédula de habitabilidad y en qué situaciones se necesita, cuáles son los requisitos técnicos que debemos cumplir y los trámites a seguir para conseguirla.
¿Qué es la cédula de habitabilidad y en qué situaciones se necesita?
La cédula de habitabilidad es un documento que certifica que una vivienda es puede ser habitada. Para conseguirla, un arquitecto o aparejador que deberá comprobar que el inmueble cumpla con todos los requisitos mínimos para ser considerada habitable prestando atención a aspectos como la superficie, la solidez de la estructura, la iluminación, etc.
Existen tres tipos de cédula de habitabilidad en función del tipo de inmueble:
- De primera ocupación: Es la licencia que entrega el Ayuntamiento o autoridad competente al promotor que pone a la venta el inmueble.
- De primera ocupación por rehabilitación: En este caso, el documento certifica la habitabilidad de inmuebles que han sufrido una reforma muy relevante.
- De segunda ocupación: Para viviendas ya edificadas y que han sido habitadas anteriormente. Generalmente es el que necesitaremos solicitar si queremos vender nuestro inmueble.
Necesitaremos contar con un cédula de habitabilidad en estas tres situaciones:
- Cuando queremos poner la vivienda en alquiler.
- Si deseamos poner el inmueble a la venta.
- A la hora de dar de alta servicios como la luz, el agua o el gas.
Es importante tener en cuenta que estos documentos tienen un periodo de vigencia determinado por lo que si quieres vender un inmueble de construcción reciente es probable que no necesites renovar tu cédula de habitabilidad.
Requisitos técnicos de la cédula de habitabilidad
Los requisitos técnicos de la cédula de habitabilidad varían en función de la Comunidad Autónoma en la que nos encontremos. De hecho, en algunas no es necesario aunque sí recomendable cumplir con este trámite.
Aún teniendo lo anterior en mente, estos son algunos de los requisitos técnicos más comunes que necesitaremos para que nuestro inmueble sea considerado como habitable:
- Habitabilidad y ocupación: El mínimo de superficie útil se sitúa normalmente en los 36 m2. Del mismo modo, todos los inmuebles han de contar con una sala de estar-comedor, un baño y un equipo de cocina.
- Sostenibilidad: Ha de cumplirse con la normativa de eficiencia energética vigente.
- Compartimentación: Es libre aunque tiene que haber la posibilidad de que las habitaciones se puedan independizar y que los baños sean independientes. Además, ningún espacio de la vivienda puede ser un acceso obligatorio a un local y el baño no puede ser un espacio de paso obligatorio al resto de habitaciones.
- Accesibilidad: Tiene que poderse acceder al baño, la cocina, al espacio de uso común y una habitación. Además, las puertas tiene que tener unas medidas mínimas de 0,70 m de ancho por 2 m de alto y las escaleras interiores (si las hay) de 0,90 m de ancho.
- Altura: El mínimo de altura exigible entre el pavimento y el suelo son 2,50 m. En el caso de los baños, cocinas y espacios de circulación el mínimo pasa a ser 2,20 m.
- Fachada: Al menos una de las fachadas debe de estar abierta la espacio exterior para garantizar ventilación e iluminación.
- Habitaciones: El tamaño mínimo para ser considerado como tal son 6 m2.
- Ventilación: Tanto los espacios de uso común como habitaciones tienen que tener ventilación y luz natural directa a través de aperturas que supongan como mínimo ⅛ de la superficie útil.
- Baños: Si la vivienda tiene tres habitaciones o menos tiene que contar como mínimo con un váter, lavamanos y plato de ducha o bañera. En caso de tener cuatro habitaciones o más ha de tener al menos dos váteres, dos lavamanos y un plato de ducha o bañera.
- Tenedero: Ha de contarse con un espacio para tender la ropa excepto que no lo permita la normativa municipal.
- Espacio intermedios con el exterior: Si son cerrados han de tener una superficie de vidrio o material similar.
- Dotación/Equipo: Como mínimo la vivienda tiene que tener servicio de agua fría y caliente, evacuación de agua y electricidad. Así como un baño y un equipo de cocina que tenga un desagüe, aparato de cocción y sistema de extracción de humos; un sistema electrónico que facilite la apertura de la puerta del edificio (telefonillo) y un sistema de acceso a servicios de telecomunicaciones.
- Elementos de protección: Si hay desniveles de más de 0,55 se debe contar con elementos protectores o barandas.
Trámites para conseguirla
Si necesita tramitar una cédula de habitabilidad lo primero que necesitas es contratar a un arquitecto o aparejador colegiado. Tendrás que concertar una visita a tu inmueble para que pueda comprobar que se cumplen los requisitos que exige la Comunidad Autónoma en la que se encuentre.
Una vez que el profesional compruebe que todo está en orden emitirá un certificado visado por el Colegio de Arquitectos que debes presentar a la autoridad competente que corresponda, generalmente tu Ayuntamiento. Tras un plazo que puede durar hasta tres meses se expedirá tu cédula de habitabilidad.