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¿Quieres vender tu casa? 8 consejos claves para que las visitas sean un éxito

vender tu casa

Para poder cerrar la venta o alquiler de un inmueble, las visitas resultan esenciales. Se trata de causar una buena imagen a los posibles compradores y para ello entran en juego una serie de aspectos que en muchas ocasiones pasamos por alto.

Facilitar las visitas

Cuando el propietario de la vivienda reside en casa, lo mejor es que dedique una franja horaria para recibir a los potenciales compradores. Esto facilitará la tarea tanto a los residentes en el inmueble como a los agentes inmobiliarios en el caso de que los haya. Se evitarán, entre otras cosas, una gran pérdida de tiempo realizando peticiones de horarios. Todo será más sencillo en el caso de que la casa no tenga residentes.

Organiza bien la visita

Planifica correctamente la visita. Como la primera impresión resulta muy importante, haz todo lo posible para que los interesados en el inmueble vean en primer lugar lo mejor. Céntrate en los puntos fuertes. Además, como van a recordar lo primero y lo último de la visita, trata de iniciar y de acabar el recorrido por los mejores espacios. Es lo que se conoce como el efecto sándwich.

La visita debe hacerse de forma ordenada, así que una vez que tengas claro el comienzo y el final, el siguiente aspecto será definir el orden de las estancias a mostrar y pensar cuáles son los aspectos más destacados de estos puntos.

No pases por alto tampoco las zonas comunes o aquellos aspectos que pueden resultarles atractivos a los interesados.

Abrir ventanas y encender luces

Hay que tenerlo todo bien preparado antes de que lleguen las visitas. Como esa primera impresión resulta trascendente, no dudes en abrir las ventanas, subir las persianas y encender todas las luces aunque sea día. Algo que valoran mucho los compradores es la iluminación de la vivienda, y con estas técnicas vamos a conseguir que parezca un espacio muy luminoso.

Preparativos previos

Haz todo lo posible para que los visitantes se sientan cómodos. Los olores, por ejemplo, van directos al cerebro y provocan sensación de bienestar. Causarás una grata impresión si consigues que huela a pan recién hecho, pastel o palomitas. Conseguirás que el posible comprador se sienta como en casa.

La música es otro aspecto que podrías incorporar a la visita. Al igual que ocurre con las tiendas o consultas del médico el hilo musical permite generar un ambiente de relajación. Obviamente tiene que ser una música tranquila y suave.

Lo que se busca con todo esto es que las personas que lleguen a tu casa se encuentren a gusto, y se imaginen viviendo ahí. Hay que procurar despersonalizar la vivienda todo lo posible, suprimiendo de la decoración todos aquellos aspectos que pueden resultar molestos.

Zonas comunes

Además del interior de la vivienda, también entran en escena otros puntos de interés para la gente como pueden ser los servicios básicos que haya en el entorno o las zonas comunes del inmueble. Espacios como el jardín o la piscina siempre se pueden mejorar. Tienes la posibilidad de echar ambientador en el portal o quita algún cartel que haya en el portal que pueda causar una mala impresión. Se tratan de pequeños gestos que contribuyen a causar una mejor imagen. Recuerda que deben encontrar en tu casa su futuro hogar.

Suprimir actores incómodos

Hay ciertos actores con los que no cuentas que pueden influir de manera negativa en ese proceso de venta. Ya sean personas o animales dentro de la casa. Si en el momento de realizar la visita encuentras más gente de la debida o ajenas a la propia vivienda, o mascotas, lo que se consigue así es que se agudice de alguna manera el sentimiento de invasión de espacio, hasta el punto de provocar cierta incomodidad. Todo lo contrario a lo que se busca.

De ahí la importancia de que los propietarios del inmueble entiendan la necesidad de dejar el espacio libre para que los visitantes se encuentren cómodos y sin sentir presión ni prisas por macharse.

Explica todo lo que sepas de la casa

Tienes que mostrarte colaborativo en todo momento, sacando a relucir todos los conocimientos que reúnas sobre el inmueble. Las explicaciones y el recorrido deben ir más allá de decir en qué estancia se está. Trata de aportar información que sea de interés y que invite a decidirse. Entre otras cosas agradecerán que cuentes todo sobre las mejoras realizadas, detalles de calidades, estado del inmueble, las horas de más luz y todo aquello que sea destacado de citar.

En cierta manera se trata de influir en las emociones de las otras personas, que sepan cuáles pueden ser las ventajas de mudarse a la nueva casa. Todo ello con un mensaje que tenga alma y que pueda calar en ellos.

Habla y escucha a los demás

Antes de que se vayan de tu casa no dudes en preguntar cuál ha sido su impresión. Así conocerás qué detalles les han llamado más la atención y en qué aspectos tendrás que mejorar. Con estas experiencias conseguirás mejorar en el futuro. El propio interesado te ayudará a conocer cuáles son los puntos fuertes y débiles de la casa. Sin lugar a dudas, recibirás una información de gran valor para tus intereses. Por lo tanto, no lo dudes y además de mostrar la casa y detallar las características, pregunta y escucha a los visitantes a tu casa.

El que muestra el inmueble tiene que ser capaz de llevar el timón del recorrido, de explicar todo lo que pueda resultar interesante al futuro comprador. Eso sí, sin resultar demasiado pesado ni hablar demasiado. Todo tiene su punto intermedio. Causar una grata impresión también contribuye a agilizar la venta, sobre todo si ven que eres una persona de confianza, ue no les estás engañando con lo que dices.

Con todas estas claves conseguirás que tu vivienda encuentre en el mercado inmobiliario un comprador mucho antes de lo que piensas. Se tratan de pequeños detalles que no te costarán mucho y que permitirán que la gente sepa valorarlos.

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