Lo más habitual hoy en día es que muchos clientes de establecimientos de todo tipo paguen con tarjeta de crédito o de débito sus compras. Y ya no nos referimos tan solo a aquellas de grandes importes, sino también a las pequeñas compras que se efectúan todos los días.
Para muchas personas, el pago con tarjeta es una forma cómoda de llevar su contabilidad personal ya que todos los pagos quedan reflejados en su cuenta bancaria y al final del día sabe exactamente en qué se ha gastado cada euro que ha salido de la misma.
Pero para los negocios, la TPV a veces se convierte en una pequeña pesadilla, ya que si no se negocia correctamente puede ser una trampa repleta de comisiones que hagan decrecer significativamente las ganancias de un negocio.
Cómo conseguir una TPV al mejor precio
Generalmente no existen unos pagos fijados por el alquiler y uso de las TPV que los bancos instalan en los comercios. Lo más habitual es que se fijen en función de los productos que tenga contratado el cliente y sobre todo del volumen de ventas que se realicen por este sistema.
Aunque lo normal es que salga más barato contratar la TPV con el banco con el que se trabaja habitualmente, esto no siempre es así. Es recomendable comprobar las ofertas de varias sucursales, ya que estas cambian muy a menudo, haciendo imposible una comparativa que se mantenga actualizada mucho tiempo.
Es imprescindible negociar con el banco y no quedarse con la primera alternativa que ofrezcan, tratando siempre de arrancar condiciones más ventajosas.
Métodos incorrectos y métodos correctos de rentabilizar la TPV
Algunos comerciantes han intentado compensar el pago que los bancos le cobran por la TPV, una comisión que puede llegar al 3 %, poniendo un recargo en las compras de sus clientes. Esto es una práctica que no es legal, incluso si se trata de camuflar con la técnica contraria, es decir, ofrecer descuentos por el pago en efectivo.
Un método legal que en algunos comercios aplican, es el de no cobrar con tarjeta compras por un importe inferior al que hayan estipulado. Esto debe de estar claramente expuesto en carteles en la tienda, de modo que pueda ser fácilmente visto por los clientes. Aunque se hace en algunos establecimientos, lo cierto es que no está muy claro hasta qué punto es beneficioso para el comerciante.
El mejor método para rentabilizar la TPV es aprovecharla al máximo una vez que se tiene, ya que está comprobado estadísticamente que los comercios que aceptan el pago con tarjeta aumentan significativamente sus ventas. Este aumento, junto con una buena negociación con el banco para pagar lo menos posible, son los mejores métodos para sacarle partido al TPV.