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¿Es rentable comprar una vivienda para luego alquilarla?

La compra de una vivienda para posteriormente ponerla en alquiler es una práctica muy extendida entre aquellas personas que desean invertir su dinero. No se trata de nada novedoso, ya que lleva funcionando con éxito desde hace mucho tiempo. Como es lógico, se trata de una operación rentable, en donde el dinero invertido tardará unos cuantos años en recuperarse.

La rentabilidad

Mucha gente opta por destinar sus ahorros a la compra de un inmueble con el propósito de conseguir una renta fija todos los meses. Pero para no cometer errores en una operación de este calibre, hay que tener en cuenta una serie de detalles.

Para conocer la rentabilidad de una propiedad de estas características existe una fórmula bastante fiable. A los ingresos obtenidos por el alquiler deben restarse los gastos, y la cifra resultante se dividirá entre el precio abonado por el inmueble.

En el caso de que adquirir un piso por 100.000 euros y alquilarlo por 700 al mes se generan unos ingresos de 8.400 euros anuales. A ello se le une los gastos fijos que implica tener una vivienda, como son la comunidad, reparaciones, seguros o derramas. De media suelen ascender hasta los 1.500 anuales aproximadamente.

De ser así se conseguiría una rentabilidad neta del 6,9%. Es el resultado de dividir los 6.900 euros de ingresos netos entre los 100.000 euros que costó el inmueble.

Con estas cifras podemos hablar de una operación bastante rentable. Un problema que debemos tener en cuenta es que habrá ciertos periodos en los que la vivienda no genere ingresos. Es cuando un inquilino decide marcharse y aguardamos un tiempo hasta que conseguimos un nuevo arrendatario.

Antes de invertir en un inmueble debes valorar bien el precio de la casa y su posible revalorización en el mercado. Compara con otras viviendas de la zona para hacerte una idea de cuánto puedes llegar a pagar por él.

Elige bien la hipoteca

Es importante elegir correctamente el tipo de hipoteca que más te convenga. Siempre es bueno ponerse en manos de profesionales para que nos asesoren en cada momento. Todo dependerá en gran medida de la situación del mercado y de la evolución de los tipos de interés.

El comprador del piso puede asumir una inversión que no rebase el 40% de su salario. Es una manera de asegurarse que podemos afrontar los costes e imprevistos que puedan generar. No obstante, con bastante frecuencia,  muchas de las personas que optan por realizar la adquisición de una vivienda para arrendarla es porque ya disponen de una cierta cantidad de dinero ahorrada y no precisan de hipotecas. En ese caso, lo tendrán mucho más sencillo.  Mensualmente recibirán una cantidad de dinero que será muy inferior a lo que les podría ofrecer el banco con cualquier producto financiero, y en ocasiones sin necesidad de tomar riesgos.

Qué influye en la rentabilidad

Como es lógico, hay una serie de detalles que influyen en esa rentabilidad. Es el caso del tamaño de la vivienda o de los años que tenga el inmueble.  Algunos expertos en el sector inmobiliario advierten que resulta más beneficioso invertir en viviendas más pequeñas, de 50  o 60 metros cuadrados que en otras mayores.  Habrá menos gastos y también influirá en el precio de compra de la casa. En el caso de decantarse por un piso a estrenar, el coste de la casa que asumiremos será muy alto, y posiblemente no obtengamos una renta tan alta. Por eso puede ser más conveniente invertir en unas  propiedades de segunda mano.

En ocasiones, cuantos más atractivos tenga una vivienda, como pueden ser piscinas, pistas de pádel, jardines, gimnasio o portero, más se cotizará la vivienda. Sin embargo, no hay que olvidar que todo eso afectará a los costes de la comunidad, que por lo general debe asumir el casero.

Antes de comprar hay que valorar si son demasiado elevados y si se comparten con un número de vecinos reducido. De ser así, podríamos reducir de manera considerable la rentabilidad.

En la medida de lo posible hay que decantarse por un inmueble que se encuentre en una zona céntrica. Suelen tener una mayor solvencia y expectativas de revalorización que si los comparamos con los pisos de la periferia. Sin embargo, no siempre suelen ser lo más rentables.

Son muchas las personas que optan por hacerse con un inmueble viejo, a veces en mal estado. De esa forma pueden conseguir la propiedad a un precio más bajo, y además de abonar el gasto de la casa, también tendrán que hacer frente a la reforma. En ese caso, lo que debe hacer el comprador es asegurarse de que la compra sea lo suficientemente baja y el coste de la obra asequible para garantizarse la rentabilidad.

Comprar un piso para alquilar es una opción interesante

Pese a la crisis del sector inmobiliario, la vivienda continúa siendo un activo muy atractivo con el obtener ganancias por medio del alquiler, sobre todo en ciudades grandes y zonas con gran actividad económica. La compra de un piso para alquilar es una buena opción por los siguientes motivos:

  • La actual situación económica impide a muchas personas acceder a una vivienda en propiedad, por lo que la opción del arrendamiento gana muchos más enteros.
  • Encontrar un inquilino que abone las rentas nos permitirá contar con una cantidad monetaria mensual asegurada. Como es lógico, el capital invertido en dicha propiedad tardará unos cuantos años en recuperarse.
  • Se tarda mucho menos tiempo en arrendar una casa que venderla. En zonas de mucha demanda, si el piso se encuentra en unas condiciones óptimas, puede llegar a tardarse días o incluso horas en darle una salida
  • El alquiler de un inmueble permite una deducción del 60% sobre el total de las rentas.

Como acabamos de comprobar, la adquisición de un piso para posteriormente alquilarlo implica una serie de riesgos que debemos conocer con anterioridad. Y es que importante valorarlo todo para no llevarnos sustos una vez comprado. Con todas estas recomendaciones tendrás toda la información necesaria para acometer esta operación, que rara vez suele ser arriesgada. Los expertos lo definen como una buena inversión, pero siempre a largo plazo.

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