Las monedas suben y bajan con respecto a otras en todo momento y esto afecta a todos los sectores económicos, incluyendo por supuesto al mercado de la compraventa de casas ¿Cómo puede afectar que por ejemplo el euro suba con respecto al dólar? ¿En qué consiste el mercado del Forex? Responder a estas dos preguntas puede ayudar a entender el resto de los mercados financieros, el mercado inmobiliario incluido.
Un mercado nacional e internacional
El dólar lleva meses sufriendo una profunda caída con respecto al euro, que es la otra gran divisa de reserva internacional, aunque todavía a gran distancia de la moneda estadounidense. En estos momentos según datos que ofrece el BCE, el euro se cambia por 1,22 dólares, lo que quiere decir que el poder adquisitivo de un comprador estadounidense (persona física o fondo de inversión) que quisiera invertir en ladrillo en países con el euro como moneda de curso legal se ha reducido muchísimo, teniendo en cuenta que en marzo un euro llegó a cambiarse por 1,06 dólares. Una mala noticia para un mercado en el que ciertos analistas prevén caídas en los precios cercanas a un 10 por ciento, así que ciertamente nos afecta lo que ocurra en el Forex y por lo tanto conviene conocerlo.
Forex o mercado de intercambio de divisas
¿Qué es el Forex? El Forex es el mercado al que acude aquel que necesite cambiar moneda por cualquiera de las otras monedas extranjeras, y los motivos para hacerlo son muy variados; los importadores lo hacen para comprar la materia prima o producto que necesitan para producir en sus países, los bancos centrales lo utilizan para construir reservas de valor en moneda fuerte, los brókeres utilizan la cotización de multitud de pares de divisas del Forex como instrumento para sus traders, los cuales abren posiciones con apalancamiento (el apalancamiento puede ayudar a ganar más, pero también implica un riesgo mayor de sufrir pérdidas elevadas, sobre todo por tratarse de activos volátiles como las divisas) tratando de predecir la tendencia, y las casas de cambio las utilizan para hacer negocio, ya que mantienen reservas de distintas monedas que cambian por otras a sus clientes a cambio de una comisión más o menos elevada.
¿Pero es esta la única variable que afecta al mercado inmobiliario? Ni mucho menos, como ya sabemos eventos como el Brexit o la pandemia están teniendo efectos globales.
Los británicos, cliente inmobiliario preferente en España
Antes de que empezase oficialmente la pandemia en España, el Brexit ya había hecho disminuir mucho la compra de viviendas por parte de los británicos, que son precisamente los extranjeros que más vivienda compran aquí, tanto que de los cerca de 63.000 inmuebles comprados por extranjeros, 8.750 fueron compradas por británicos, lo que equivale más o menos al 14 por ciento del total. El francés y el alemán son los siguientes foráneos que más vivienda compran en España y sumados compraron poco más que los británicos durante el pasado año. En el 2018 no les alcanzaron, y en el 2009 los británicos compraron prácticamente tantas viviendas como los cinco siguientes, así que el descenso en la importancia del comprador británico es más que evidente.
Descenso de precios por culpa del coronavirus
La destrucción del tejido productivo, sea esta destrucción temporal o definitiva, ha afectado de dos formas a la industria inmobiliaria, por una parte hay menos compradores potenciales y los bancos pueden ser más reticentes a ofrecer créditos (aunque hay quien opina que el BCE se verá obligado a aumentar la masa monetaria de euros para evitar la deflación derivada de su fortaleza frente al dólar, euros que en parte terminan en los bancos de la eurozona a tipos de interés negativos desde hace meses, lo que puede espolear a que ese dinero termine en la “economía real” en forma de créditos, otra consecuencia inadvertida en la vida del ciudadano derivada de lo que ocurre en el Forex) y segundo, algunos vendedores pueden verse obligados a vender a precios de saldo por encontrarse con el agua al cuello, y estas dos circunstancias juntas tienen que derivar en caídas de los precios de forma invariable, algo que beneficiará a los grandes inversores, los cuales pueden permitirse el desembolso aún en momentos de alta incertidumbre como la actual.