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Después de heredar un piso, ¿me conviene más venderlo o alquilarlo?

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En España hay miles de viviendas procedentes de herencias. Después de aceptar dicho patrimonio, es posible que a los nuevos propietarios les surjan muchas dudas sobre qué hacer con dicho inmueble. En realidad hay tres opciones, como son ponerlo a la venta, alquilarlo o mudarnos a él. A continuación analizaremos al detalle las ventajas que tiene las distintas posibilidades.

La opción de alquilar

El arrendamiento de la casa es una propuesta muy interesante por diferentes motivos. En primer lugar, el tiempo medio para alquilarlo se reduce a los dos meses, frente a los seis de cualquier venta. Pero lo más importante de todo es que nos garantiza unos ingresos fijos todos los meses.

El Banco de España asegura que la rentabilidad bruta del alquiler en nuestro país fue del 3,7% en 2020, llegando hasta el 6% en algunas zonas de Madrid o Barcelona. En el caso de que el valor de dicho piso heredado alcance los 125.000 euros, los ingresos brutos anuales se situarían en 4.625 euros. Pero en cualquier caso, esta operación no resultará tan sencilla como pudiera parecer, ya que también requiere un esfuerzo importante y bastante dedicación, sobre todo cuando exista rotación de inquilinos.

Entre los inconvenientes se encuentran la necesidad de mantenerla y de enfrentarnos a una serie de gastos rutinarios. Esto implica un gasto de IBI, la cuota de la comunidad o el IRPF por las rentas anuales. El propietario, cuando decide alquilar su vivienda, tiene que enfrentarse a una serie de riesgos que pueden resultar muy costosos a largo plazo, como puede ser el impago de las rentas, el daño que puedan causar a dicha propiedad o que incluso se nieguen a abandonarlo una vez que finalice el contrato de arrendamiento.

Los motivos que llevan a vender la casa heredada

Ante todo esto, muchas personas que heredan una vivienda optan por la otra solución, que pasa por ponerla a la venta. Así pueden quitarse de la responsabilidad que implica mantenerla en un adecuado estado, la gestión de alquileres y los posibles gastos que implique la posesión de una casa. Pero otro detalle que resulta interesante es que podrá disponer de liquidez inmediata con su comercialización.

De haber optado por el alquiler, algunos portales de compra-venta desvelan que el periodo para recuperar el valor íntegro de la vivienda se elevaría hasta los 25 años, en función siempre de la zona.

Después de vender la propiedad heredada llegará el momento de decidir en qué invertir ese dinero que se obtenga. Por lo general suele utilizarse para saldar deudas y amortizar posibles hipotecas que se tengan. En ningún caso, guardarlo en el banco es la opción más conveniente, ya que con la inflación se conseguirá que nuestros ahorros valgan cada vez menos. La solución pasaría por invertirlos en algún producto financiero que proporcione una rentabilidad interesante y que resulte menos problemático que la gestión de un alquiler.

Tampoco se deben pasar por alto algunas de las posibles desventajas que implica la venta de una casa heredada. Las principales son los gastos e impuestos a asumir tras su comercialización, como son el IRPF, la plusvalía municipal y los gastos inmobiliarios en el supuesto de que se haya contado con la colaboración de una agencia para llevar a cabo la operación.

Trasladarnos a vivir en la vivienda heredada

La tercera vía posible que existe tras heredar una vivienda pasa por quedárnosla para vivir nosotros en ella. Tanto si no disponemos de una casa propia, como si ya tenemos un piso, no puede descartarse la posibilidad de mudarnos a ella. Sobre todo por las dimensiones, la ubicación o simplemente por nostalgia. En ocasiones resulta complicado deshacerse de una propiedad en la que hemos crecido o donde tenemos unos cuantos recuerdos aún.

Lo que está claro es que nunca debemos conservar un inmueble para mantenerlo vacío. Son muchos los casos que nos encontramos a diario, principalmente por motivos de sentimentalismo. No queremos desprendernos de ella, ni tampoco contemplamos la posibilidad de ponerla en alquiler para que nadie pueda deteriorarla. Asumir una propiedad sin sacarle ningún beneficio económico puede salirte muy caro con el tiempo. Son todo gastos, al tiempo que no obtienes ningún ingreso.

¿Qué opción me interesa más, alquilar o vender?

La decisión final dependerá en gran medida de nuestros intereses y necesidades. Si nos preocupa disponer de un ingreso a largo plazo, debemos contemplar la posibilidad del arrendamiento, pero teniendo en cuenta que es preciso asumir una serie de gastos de mantenimiento además de dedicarle un tiempo a la gestión del alquiler. La otra opción pasaría por dejarlo en manos de una inmobiliaria, que se ocuparía de todo sin necesidad de preocuparnos, pero eso ya implicaría un nuevo coste a asumir.

Si la intención es vender el piso para guardar el dinero en el banco, en ese caso, los expertos recomiendan que es preferible mantener la propiedad para alquilarla.

Otra cosa bien distinta es que cuando requerimos de liquidez de una forma inmediata, y no contamos con el tiempo suficiente para gestionar el arrendamiento, o cuando tengamos la intención de hacer otra inversión que nos lleve a desprendernos del inmueble.

Por último, también hay que valorar el estado en el que se encuentre la vivienda. Cuando se pone en el mercado para alquilarlo, lo más probable es que tengamos que realizar una inversión en el acondicionamiento de la misma. Por muy bien que se encuentre el piso, es posible que exija de una serie de mejoras para encontrar inquilinos con más facilidad. Supone un gasto extra que no todos los propietarios que acaban de recibir una herencia están dispuestos a soportar.

Sin embargo, a la hora de venderlo, no serán tan necesarias las reformas. Está claro que cuanto mejo sea su estado, más salidas tendrá en el mercado. Pero tampoco hay la necesidad de hacer grandes obras. Hay propietarios que están dispuestos a comprarlos en cualquier estado, sobre todo si tienen previsto decorarlo a su gusto. Por lo tanto, esto requerirá menos esfuerzos para el propietario.

Estas son las distintas opciones que se te plantean cuando heredas un piso. Todas ellas te resultarán válidas, siendo la peor dejar la vivienda vacía.

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