A la hora de poner en venta una propiedad inmobiliaria perseguimos que nos la compren al precio que deseamos y que la operación se cierre lo antes posible. Pero eso, en ocasiones, resulta muy complicado, sobre todo si tenemos en cuenta lo complicado que resulta realizar una adecuada tasación de la vivienda.
No siempre la sacamos al mercado con el valor que tiene. Eso provocará que la transacción se demore más de la cuenta y tengamos que seguir asumiendo los gastos de mantenimiento que exige, como puede ser IBI, comunidad, electricidad, etc.
Una adecuada tasación consigue acelerar la venta un 40%, desvela la inmobiliaria Donpiso. Incluso se atreven a añadir que un precio adecuado permitirá obtener hasta un 10% más de dinero.
El problema de desgaste del propietario
Hay una relación directa entre el precio al que se pone a la venta una casa y el tiempo medio que tardan en desprenderse de ella. Cuando el precio resulte el adecuado siempre despertará una mayor atención entre los potenciales clientes. Sin embargo, cuando se dispare en exceso lo pasarán por alto y es posible que se mantenga en el mercado durante meses aguardando por una oferta, que posiblemente llegará a la baja.
No es bueno que un inmueble permanezca mucho tiempo en los portales inmobiliarios. También sufrirá un cierto desgaste, que será apreciable sobre todo por parte de los potenciales compradores.
Cuando una vivienda se pone a la venta por su valor de mercado, que el precio que estarían dispuestos a afrontar los interesados, suele tardar de media unos 70 días en venderse. Por el contrario, si está tasado muy por encima, el tiempo de espera se alargaría hasta los 170 días. Y lo más probable es que para cerrar la operación se haya tenido que reducir el valor unas cuantas veces.
La sobrevaloración de un activo, lo único que consigue es ‘quemarlo’, indica el subdirector general de Donpiso, Emiliano Bermúdez. Esto provocará que se acabe vendiendo “mucho más tarde y por debajo de su valor”.
¿Por qué nos desprendemos de la casa por menos dinero?
En muchas ocasiones, cuando una vivienda sale al mercado con un precio excesivamente alto, lo más probable es que finalmente se acabe malvendiendo. Esto supondrá una constante rebaja en el precio, hasta el punto de llegar a ponerlo incluso por debajo de lo que fija el mercado.
Los propietarios tienden casi siempre a valorar su casa muy por encima de lo que estima el mercado. A partir de un precio esperan por ofertas por parte de los potenciales clientes, que casi siempre serán mucho más bajas de lo que inicialmente esperaba. Después de esto se dará cuenta de que necesitará bajar unos cuantos miles de euros el valor de su inmueble para que tenga salida.
Por ejemplo, puede darse el caso de que una propiedad inmobiliaria cuente con un valor de 250.000 euros, pero el dueño opta por ponerlo en el mercado por 350.000 euros. De ser así, los potenciales compradores se echarán para atrás por considerarlo muy caro y apenas mostrarán interés. Se sale de su presupuesto y apenas lo contemplarán entre sus opciones. Por lo tanto, el vendedor no recibirá visitas ni tampoco ofertas interesantes.
En vista de eso, la solución que le queda es rebajar el precio para comprobar cómo reacciona el mercado. Pero lo que sucede es que esa revisión que haga debe ser lo suficientemente grande para que pueda captar la atención de los compradores y de esa forma escalar puestos en las páginas de resultados de los portales inmobiliarios.
Las personas que muestran interés por una vivienda revisan con regularidad la situación del mercado y el precio de los inmuebles, por lo que estarán muy pendientes de cualquier modificación que se vaya a llevar a cabo. Por lo general, cuando detectan una disminución constante en su valor acaban desconfiando de él y se produce el efecto contrario a lo que se pretendían.
Retraso a la hora de venderlo
Pero más allá del dinero, el propietario también se enfrenta a otro contratiempo como es la demora. No se desprenderá de su casa tan rápido como pudiera prever. El retraso a la hora de venderlo por culpa de esa sobrevaloración acabo provocando una cierta ansiedad en los dueños y en ciertas ocasiones les conduce a reducir el precio más de lo recomendable.
Uno de los responsables del portal inmobiliario mencionado anteriormente explica que “muchas particulares entran en una dinámica negativa de bajada de precios sin sentido”. Sobre todo por la “ansiedad de vender cuanto antes su vivienda”. Considera que esa actitud resulta contraproducente ya que “estamos hablando de grandes cantidades de dinero”.
Es posible que algunos propietarios no tengan prisa para desprenderse de su vivienda. Pero otros, posiblemente necesiten venderla lo antes posible. Ya sea porque tienen previsto adquirir otra y precisan de fondos o simplemente porque no están dispuestos a soportar más cargas y gastos que es lo que genera disponer de una propiedad. Entre comunidad, impuestos y costes de electricidad y gas se nos van unos cuantos cientos de euros todos los meses. Ante eso, es preciso tomar medidas con una cierta inmediatez.
Resulta importante contar con un asesoramiento profesional
Para encontrar una salida a tu propiedad inmobiliaria no estaría de más que contaras con el asesoramiento de un profesional para que te ayudara con la tasación. Los trabajadores de las inmobiliarias pueden servirte de mucho en este proceso. Están acostumbrados a trabajar en este sector y conocen los precios y necesidades de los potenciales clientes. También el valor que puede llegar a alcanzar una vivienda en esa zona.
Pero en lugar de uno, lo conveniente sería consultarlo con al menos tres agentes inmobiliarios. Es posible que alguno decida hacer una tasación al alza para captar tu atención, pero te darás cuenta de que la mayoría de ellos intentarán ser lo más profesionales posibles y te propondrán un precio acorde a lo que marca el mercado. Eso sí, la última palabra la tendrás tú para decidir lo que quieres pedir.