Skip to content

Los factores que suman y restan valor en la tasación de una vivienda

Cuando decidimos poner a la venta una vivienda siempre nos encontramos con que le ponemos un valor demasiado elevado. Es como si nuestra casa fuera única y no hubiese otra igual. Ese sobreprecio resulta contraproducente a la hora de encontrar comprador, ya que los meses que permanece en el mercado en la búsqueda de un comprador pueden llegar a convertirse en años. Hay ciertos elementos que influyen en el precio final, y para ello siempre debes contar con el asesoramiento de un experto.

Pequeños detalles que influyen

Aunque no seamos conscientes de ello, aspectos tan básicos como la orientación de la vivienda, los servicios esenciales que pueda haber en las proximidades o la altura de la casa pueden llegar a resultar básicas a la hora de fijar un valor.

Para que dispongas de más información, a continuación, te detallamos algunos factores que suman para bien en el precio de un inmueble:

  • Piso exterior: la vivienda que dispone de estancias a la calle resultará más cara en comparación con aquella que tenga unas vistas a un patio interior. Sin embargo, también hay que aclarar que no es lo mismo que dé a un parque o a unos jardines, que a una avenida con mucho tráfico y ruido.
  • Calidad de los acabados: aunque a veces no se le conceda una gran trascendencia, este detalle puede llegar a influir hasta un 10% en el valor final. Una casa que cuente con elementos de calidad, de marcas de reconocido prestigio, siempre será más apreciada por el comprador.
  • La presencia de un balcón: la situación de pandemia disparó el interés por las viviendas con terraza. Obviamente, cuanto mayores sean las dimensiones del balcón, mayor será el precio de la casa. También dependerá de las vistas que tenga.
  • Calidad de la edificación: hay que reparar en el conjunto de detalles que nos puede proporcionar un edificio, como pueden ser la calidad de la fachada, el estado de los ascensores o el portal.
  • Garaje: cada vez resulta más complicado en algunas calles de las grandes ciudades, por eso las plazas de aparcamiento en los edificios se han convertido en una de las grandes bazas para los vendedores de pisos. Conseguirá aumentar el valor de la vivienda, pero su precio estará influenciado sobre todo por las dificultades que haya a la hora de estacionar en la zona.
  • Servicios de comunidad: cuantos más servicios y comodidades ofrezca el edificio, más fácil lo tendrás para conseguir compradores. Una vivienda con piscina, portero o con los servicios centrales de calefacción y agua siempre resultan muy atractivos para cualquier inquilino.
  • Ubicación: las viviendas en el centro de la ciudad suelen resultar más caras respecto a las urbanizaciones que se levantan a las afueras.
  • Transporte público: los continuos cambios que sufren las ciudades en relación a las restricciones de circulación de vehículos hará que aquellas casas con buenas comunicaciones y servicios de autobús y metro próximos coticen al alza.
  • Infraestructuras y servicios próximos: la proximidad de un centro comercial, de hospitales, de salidas hacia autopistas o zonas deportivas encarecerán el precio.

Factores que restan en el precio

  • Planta del piso: las primeras plantas suelen tener más problemas a la hora de conseguir un comprador. En una construcción nueva, el valor de un piso va encareciéndose a medida que se suben plantas.
  • Estado de conservación: aunque se trate de una vivienda con varios años de antigüedad, y el futuro comprador vaya a reformarlo a su gusto, procura mostrar siempre la mejor cara de la misma. Intenta que no haya grietas, humedades o manchas sospechosas que puedan echar para atrás a los interesados.
  • Distribución interior: hay que prestar una especial atención a los metros útiles que ofrece el piso. No tiene mucho sentido realizar una gran inversión en una vivienda que dispone de pasillos largos y amplios, ya que lo único que hacen es reducir espacio al resto de estancias del inmueble. Las casas con una estructura de tubo por su gran pasillo o con dificultades de ventilación suelen estar penalizadas, como bien demuestra el sector inmobiliario.
  • Falta de anejos: los pisos cada vez son más pequeños y el espacio empieza a escasear a medida que se amplía la familia. Por eso sería perjudicial no disponer de lugares de gran ayuda como un cuarto de bicicletas en la comunidad o de un trastero para guardar los trastos.
  • Antigüedad: como es lógico, cuantos más años tenga una casa, mejor será su valor. Aunque siempre existen excepciones, como es el caso de aquellos que tienen una magnífica conservación.
  • Presencia de ascensores: la ausencia de un ascensor influirá en exceso en el precio final de venta. Un piso en el centro de una ciudad grande puede puede ver reducido su valor hasta un 30% por la falta de un montacargas. También dependerá del número de plantas que tenga.
  • Gastos de comunidad: en una urbanización de alto poder adquisitivo, el precio de la comunidad que gasta cada vecino puede resultar irrelevante, pero en ciertas localizaciones, sí que puede echar para atrás a más de un comprador. El dinero que se destina a los servicios comunitarios depende de si hay piscina, portero, número de ascensores, gimnasio, jardines, etc.
  • Bajos comerciales: en los pisos de las plantas inferiores, que ya de por sí cuentan con una tasación inferior, también hay otros factores que acabarán mermando su valor. Y es que en función del tipo de negocio que se encuentre instalado en los bajos comerciales, su precio será uno u otro. Un local de hostelería, por ejemplo, puede resultar muy molesto por los ruidos, olores, tráfico de gente, etc.
  • Excesivo tránsito: a cualquier persona le gustaría vivir en el centro de la ciudad y disponer de la tranquilidad y el silencio que le proporcionaría una casa en el campo. Pero eso resulta prácticamente imposible. Un excesivo tránsito de vehículos y de peatones, sobre todo en las zonas comerciales, también puede afectar de manera negativa a la tasación.
FacebookTwitterEmailPinterestLinkedInRedditWhatsApp